Los recién estrenados R1 (que ya lo son) cubren sus puestos de “mochila”, de 9 a 16 horas un turno, de 15 a 22, otro. Bata impecable, fonendo, manuales, pequeña libreta de hojas blancas y ojos desbordados, de miedo, de ilusión, de novedad…te persiguen, pegados a tus pasos, a tus movimientos; te estudian, te observan, te cuestionan, te miden…
“¿Y tú eres R2?”-me pregunta una pequeña por la mañana. “No…soy R4, de la primera promoción de MFYC de cuatro años”. Y de repente, la relatividad del tiempo se impone. Ya han pasado tres años…parece increíble…
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