En un remoto lugar, te abro, a destiempo, para descubrirte, para redescubrirte. Y tus palabras me sacuden violentamente, despertándome, en ese dolor sordo y profundo que sólo tú conoces, yo no me acuerdo muy bien, pero en nuestra tierra de nadie, tú agarras la memoria de las cosas, los latidos, los silencios profundos, la feria de las palabras y erizas las almas…
Jamás, jamás fuimos ilesas…
Llegaremos, el paraíso espera, el secreto está en disfrutar de las carreteras secundarias…